Desde
la temporada 2005-2006, cuando lo consiguió Boca Juniors, ningún equipo ha sido
capaz de reinar en dos campeonatos consecutivos en el fútbol argentino. Durante
este tiempo, se han proclamado hasta once campeones distintos. El último, San
Lorenzo de Almagro, dirigido por un Juan Antonio Pizzi, que ya dio el salto a Europa, y
que aunque no quedará grabado en las retinas de los espectadores por ser un
prodigio de fútbol brillante, si tuvo alicientes para ser un conjunto
diferente, más allá de los resultados. Orden, el gusto por la posesión, la idea
de hacer daño al rival en todo momento. Más que suficiente para destacar en
este torneo argentino. Y además, dos apariciones que desataron la ilusión en la
hinchada: Ángel Correa y Héctor Villalba.
Ángel Correa
Ángel
Correa, de 18 años, (9 de Marzo de 1995, Rosario, Argentina), es un producto ‘genuino’ del ciclón, donde arribó con solo 12 años. Desde entonces, se ha formado en los equipos menores, destacando especialmente cuando llegó a
la séptima categoría. Tanto deslumbró, que se desataron los rumores sobre su llegada a Europa, pero San Lorenzo
le firmó su primer contrato profesional. Pizzi le hizo debutar en Marzo de 2013. Necesitó poco tiempo para aclimatarse al primer plantel. En el pasado Torneo Final acabó siendo titular.
En el actual, una de las piezas claves en la consecución del campeonato por
parte de San Lorenzo.
¿Cómo
juega Ángel Correa?
Talento
y vértigo. Correa es creatividad en estado puro. Puede desenvolverse en un
doble ‘9’, pero también en cualquier posición de la mediapunta, preferiblemente en
el carril central, aunque pudiendo entrar permanentemente por cualquiera de los
costados. Es habitual que retrase su posición, incluso cuando parte como hombre
más adelantado, con la intención de tener una mayor influencia en la zona de
tres cuartos.
No
es alto -1,74 metros de estatura-, pero sí potente, con un tren inferior fuerte. Veloz y explosivo, le encanta
agarrar la pelota y retar al defensor, consciente de su rapidez y su fantástico
desequilibrio. A esto le ayuda que maneja ambas piernas, por lo que puede
desbordar tanto por dentro como por fuera. Gambeteador, de excelso dominio de
balón en espacios reducidos, conduce y dribla de manera soberbia, aunque peca
de individualista en algunas ocasiones. Gran capacidad inventiva en los últimos
metros, tanto de forma individual como para asociarse. Rápido en la
finalización, no es extraño verle definir al primer toque con un disparo seco.
Héctor Villalba
Héctor
Daniel Villalba, o ‘Tito’, como le conocen la mayoría, de 19 años, (26 de Julio
de 1994, Buenos Aires, Argentina), también se ha criado desde pequeño
en las entrañas de San Lorenzo, donde ingresó con apenas 10 años
de edad. Su debut profesional llegó en 2012, de la mano del técnico Caruso
Lombardi. Sin embargo, no ha sido hasta este Torneo Inicial cuando se ha hecho
un jugador importante para el equipo, especialmente tras las graves lesiones de los arietes Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón, lo que le hizo agarrar la titularidad y aprovechar la ocasión para hacerse un fijo en los esquemas
de Pizzi.
¿Qué
tal es Héctor Villalba?
‘Tito’
Villalba es un atacante que maneja con soltura ambos pies, que puede desenvolverse tanto en punta como por banda derecha. No
destaca a simple vista por sus condiciones físicas, pero que sin embargo se
apoya en ellas para explotar su juego. Bajito, fuerte, escurridizo y con una
arrancada muy poderosa, crea mucho daño al rival cuando encuentra espacios y
metros para exprimir su enorme velocidad en carrera.
Capacitado
para ser la principal referencia ofensiva del equipo, esto no le resta un ápice
de dinamismo a su fútbol, manteniendo una gran movilidad en todo el frente de
ataque. Sin embargo, también es habitual que actúe como extremo derecho, buscando hacer daño desde bando por su rapidez pero siempre con una gran verticalidad, buscando portería en todo momento y optando por diagonales muy veloces más que por regates o desafiar al defensor en el uno contra uno. Explosivo y con un gran cambio de ritmo, tiene buena conducción de balón en carrera, protege bien la pelota y posee
buen criterio a la hora de asociarse. Su buen control de ambos perfiles es tal que es habitual verle recibir con una pierna y finalizar con la otra. Descarado y con gran desparpajo. Con carácter, no se
arruga en el cuerpo a cuerpo, pese a su escasa estatura, incluso yendo con
demasiado ímpetu al cuerpeo en más de una ocasión. Debe ser más regular y mejorar sus
cifras goleadoras, algo para lo que aún tiene tiempo.
De
cara a la temporada que se avecina para San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi ya no estará en el banco del ciclón. Su lugar lo ocupará
Edgardo Bauza, que además de los precoces talentos Correa y Villalba, tendrá a
sus órdenes otros efectivos importantes de más veteranía y experiencia, como
Mercier, Piatti o Romagnoli. En ellos, entre otros, reposan buena parte de las
esperanzas de los aficionados del ‘cuervo’, de hacer algo grande en la próxima
Copa Libertadores, y quién sabe, si repetir éxito en el campeonato local.
De los dos el que más me llama la atención es Correa, mucha aceleración, con buena técnica de regate y además define muy bien, una esperanza para el fútbol argentino, que al ser muy irregular, es muy difícil predecir que San Lorenzo logre el campeonato.
ResponderEliminarSaludos
Coincido con tu opinión. En la actualidad, Correa es más, aunque ambos tienen una proyección muy importante.
ResponderEliminarSaludos!