miércoles, 15 de enero de 2014

Ángel Correa y Héctor Villalba, una dupla de campeonato

Desde la temporada 2005-2006, cuando lo consiguió Boca Juniors, ningún equipo ha sido capaz de reinar en dos campeonatos consecutivos en el fútbol argentino. Durante este tiempo, se han proclamado hasta once campeones distintos. El último, San Lorenzo de Almagro, dirigido por un Juan Antonio Pizzi, que ya dio el salto a Europa, y que aunque no quedará grabado en las retinas de los espectadores por ser un prodigio de fútbol brillante, si tuvo alicientes para ser un conjunto diferente, más allá de los resultados. Orden, el gusto por la posesión, la idea de hacer daño al rival en todo momento. Más que suficiente para destacar en este torneo argentino. Y además, dos apariciones que desataron la ilusión en la hinchada: Ángel Correa y Héctor Villalba.

Ángel Correa

Ángel Correa, de 18 años, (9 de Marzo de 1995, Rosario, Argentina), es un producto ‘genuino’ del ciclón, donde arribó con solo 12 años. Desde entonces, se ha formado en los equipos menores, destacando especialmente cuando llegó a la séptima categoría. Tanto deslumbró, que se desataron los rumores sobre su llegada a Europa, pero San Lorenzo le firmó su primer contrato profesional. Pizzi le hizo debutar en Marzo de 2013. Necesitó poco tiempo para aclimatarse al primer plantel. En el pasado Torneo Final acabó siendo titular. En el actual, una de las piezas claves en la consecución del campeonato por parte de San Lorenzo.

¿Cómo juega Ángel Correa?

Talento y vértigo. Correa es creatividad en estado puro. Puede desenvolverse en un doble ‘9’, pero también en cualquier posición de la mediapunta, preferiblemente en el carril central, aunque pudiendo entrar permanentemente por cualquiera de los costados. Es habitual que retrase su posición, incluso cuando parte como hombre más adelantado, con la intención de tener una mayor influencia en la zona de tres cuartos.

No es alto -1,74 metros de estatura-, pero sí potente, con un tren inferior fuerte. Veloz y explosivo, le encanta agarrar la pelota y retar al defensor, consciente de su rapidez y su fantástico desequilibrio. A esto le ayuda que maneja ambas piernas, por lo que puede desbordar tanto por dentro como por fuera. Gambeteador, de excelso dominio de balón en espacios reducidos, conduce y dribla de manera soberbia, aunque peca de individualista en algunas ocasiones. Gran capacidad inventiva en los últimos metros, tanto de forma individual como para asociarse. Rápido en la finalización, no es extraño verle definir al primer toque con un disparo seco.


Héctor Villalba

Héctor Daniel Villalba, o ‘Tito’, como le conocen la mayoría, de 19 años, (26 de Julio de 1994, Buenos Aires, Argentina), también se ha criado desde pequeño en las entrañas de San Lorenzo, donde ingresó con apenas 10 años de edad. Su debut profesional llegó en 2012, de la mano del técnico Caruso Lombardi. Sin embargo, no ha sido hasta este Torneo Inicial cuando se ha hecho un jugador importante para el equipo, especialmente tras las graves lesiones de los arietes Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón, lo que le hizo agarrar la titularidad y aprovechar la ocasión para hacerse un fijo en los esquemas de Pizzi.

¿Qué tal es Héctor Villalba?

‘Tito’ Villalba es un atacante que maneja con soltura ambos pies, que puede desenvolverse tanto en punta como por banda derecha. No destaca a simple vista por sus condiciones físicas, pero que sin embargo se apoya en ellas para explotar su juego. Bajito, fuerte, escurridizo y con una arrancada muy poderosa, crea mucho daño al rival cuando encuentra espacios y metros para exprimir su enorme velocidad en carrera.

Capacitado para ser la principal referencia ofensiva del equipo, esto no le resta un ápice de dinamismo a su fútbol, manteniendo una gran movilidad en todo el frente de ataque. Sin embargo, también es habitual que actúe como extremo derecho, buscando hacer daño desde bando por su rapidez pero siempre con una gran verticalidad, buscando portería en todo momento y optando por diagonales muy veloces más que por regates o desafiar al defensor en el uno contra uno. Explosivo y con un gran cambio de ritmo, tiene buena conducción de balón en carrera, protege bien la pelota y posee buen criterio a la hora de asociarse. Su buen control de ambos perfiles es tal que es habitual verle recibir con una pierna y finalizar con la otra. Descarado y con gran desparpajo. Con carácter, no se arruga en el cuerpo a cuerpo, pese a su escasa estatura, incluso yendo con demasiado ímpetu al cuerpeo en más de una ocasión. Debe ser más regular y mejorar sus cifras goleadoras, algo para lo que aún tiene tiempo.

De cara a la temporada que se avecina para San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi ya no estará en el banco del ciclón. Su lugar lo ocupará Edgardo Bauza, que además de los precoces talentos Correa y Villalba, tendrá a sus órdenes otros efectivos importantes de más veteranía y experiencia, como Mercier, Piatti o Romagnoli. En ellos, entre otros, reposan buena parte de las esperanzas de los aficionados del ‘cuervo’, de hacer algo grande en la próxima Copa Libertadores, y quién sabe, si repetir éxito en el campeonato local.

2 comentarios:

  1. De los dos el que más me llama la atención es Correa, mucha aceleración, con buena técnica de regate y además define muy bien, una esperanza para el fútbol argentino, que al ser muy irregular, es muy difícil predecir que San Lorenzo logre el campeonato.

    Saludos

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  2. Coincido con tu opinión. En la actualidad, Correa es más, aunque ambos tienen una proyección muy importante.

    Saludos!

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