
Los comienzos de Edin Dzeko no fueron nada fáciles, ya que le costó despuntar y en sus primeros clubes no rindió a muy buen nivel. Sus primeros pasos como profesional fueron en el Zeljeznicar de Sarajevo, donde no consiguió destacar, por lo que se marchó a la segunda división checa. Allí, en el el Ustí nad Labem, tampoco llegó a encontrar su fútbol. No jugaba de delantero centro, si no algo más retrasado, por lo que era difícil que explotara sus tremendas cualidad. Así llegó al Teplice checo, donde si comenzó a apuntar muy buenas maneras. Sus cifras goleadoras y sobre todo su juego, mejoró considerablemente, y eso llamó la atención de Felix Magath en 2007, que realizó con el serbio uno de los mayores descubrimientos del fútbol europeo en los últimos tiempos. El entrenador alemán hizo una apuesta arriesgada al incorporar al serbio al Wolfsburgo, un jugador desconocido, que había desarrollado su carrera en equipos humildes y ligas de perfil muy bajo. Sin embargo desde el primer día empezó a demostrar el porque de su fichaje y el tremendo acierto que tuvo su entrenador. Tuvo una rápida adaptación al fútbol alemán y en su primera temporada jugó a un nivel bastante bueno, pero fue la campaña pasada donde explotó definitivamente, rindiendo un nivel fantástico y consiguiendo una cifra goleador espectacular.
Dzeko es un futbolista
