viernes, 16 de marzo de 2018

Wilmar Barrios

Dicen que las finales y los partidos de máxima rivalidad no entienden de estadísticas ni momentos de formas. Lo pudimos comprobar de nuevo recientemente en la Supercopa Argentina, disputada entre River y Boca. Los de Gallardo llevan tiempo sin encontrarse y el rendimiento está lejos de lo esperado por potencial y presupuesto. Como suele ocurrir, la alegría va por barrios, y en el mundo 'xeneize' se respira tranquilidad e ilusión, con un equipo que comanda con autoridad el campeonato local y empieza con muchas esperanzas una nueva edición de la Copa Libertadores. Sin embargo, estas diferencias no se observaron en la pasada final, que tuvo como vencedores a los 'Millonarios'. Pasa habitualmente en estos partidos que el ganador parece un triunfador absoluto y al derrotado se le tambalean todos los cimientos, pero nada más lejos de la realidad. Boca tiene sobrados argumentos para continuar con su buen momento, y uno de sus baluartes lo queremos comentar en profundidad en este artículo. Se trata de Wilmar Enrique Barrios Terán, 24 años, (16 de Octubre de 1993, Cartagena, Colombia), y su nombre ya luce en muchas agendas de clubes importantes.


Barrios ha desarrollado una notable trayectoria en su país pese a su juventud, convirtiéndose en un futbolista clave en Deportes Tolima desde que debutara a principios del 2013. Ganó la copa de Colombia en 2014, fue nombrado el mejor centrocampista de la liga cafetera en el 2015 y realizó una gran Copa Sudamericana el mismo año, antes de enrolarse en las filas de Boca Juniors a mediados de 2016. Ahora, Wilmar es un pilar fundamental en los esquemas de Guillermo Barros Schelotto, siendo una de las figuras más destacadas del cuadro 'xeneize' y aumentado partido a partido su cotización. Internacional con las inferiores de Colombia, ya es un habitual en las últimas convocatorias de José Pekerman. 

¿Cómo juega Wilmar Barrios?

En el 4-3-3 de carácter ofensivo por el que suele apostar Barros Schelotto, Wilmar Barrios es el 'stopper', situado por delante de los centrales. En su fútbol destaca sobremanera su inteligencia táctica. Posee una gran capacidad para posicionarse correctamente, lee y anticipa de forma muy óptima las jugadas, y a esto le suma una notable velocidad de piernas, que le permiten replegar con rapidez y rectificar posiciones. De hecho, es muy habitual ver como parece que en ocasiones no va a poder abortar el ataque rival, pero retrocede rápido, cubre espacio y corta justo a tiempo. Realiza continuas ayudas y coberturas en fase defensiva, basculando permanentemente hacia los costados. Su cometido es casi exclusivamente defensivo, ya que no es demasiado frecuente verlo incorporarse a las inmediaciones de la portería rival.

Barrios no destaca a simple vista por su presencia física, posee una estatura media y tampoco dispone de una corpulencia dominante, pero sí se basa en otras características físicas para desplegar su juego, como la velocidad de desplazamientos en espacios no muy largos y la resistencia. Intenso, trabajador y constante, es muy pegajoso en la presión y suele mostrarse muy incisivio y acertado en los continuos 'tackles' que lleva a cabo. En el uno contra uno es muy difícil de superar, metiendo con habilidad su cuerpo para ganar el espacio y recuperar la pelota. 

No participa apenas en las labores más creativas. De hecho, es frecuente que no incida en la salida de balón y ésta recaiga sobre los centrales, a pesar de que tiene buen manejo de la pelota y capacidad para salir de la presión del rival con ella controlada. Su pierna mejor  dotada es la derecha y tiene una aceptable técnica individual, aunque a veces le cuesta en exceso las recepciones y los controles de primera. Por lo general, suele arriesgar poco con el cuero en los pies, lo que hace que su porcentaje de pases completados con éxito sea bastante elevado. 

El alto rendimiento de Barrios no ha pasado de puntillas en su propia casa, por supuesto, y Boca no ha tardado en aumentar la cláusula de su contrato, que cumple en 2020, hasta los 20 millones de dólares, sabedor de que es un valor al alza, que no para de crecer en el equipo de Guillermo y que en verano se puede consagrar en el panorama futbolístico internacional en el escaparate que supondrá el Mundial de Rusia.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Juan Camilo 'Cucho' Hernández

'Another football is possible'. Podría ser el título de cualquier documental futbolístico de enjundia perteneciente a Netflix, pero es un lema que luce en las gradas del británico Ipurúa. Lo mejor, es que no se queda en una simple declaración de intenciones, sino en una corriente que se está propagando en el desigualado fútbol español. Clubes que hacen de la humildad su estandarte y que explotan al máximo sus recursos para codearse de tú a tú con clubes gigantes en cuanto a potencial y posibilidades. Otro gran ejemplo es la Sociedad Deportiva Huesca. Con poco más de 50.000 habitantes, su estadio, 'El Alcoraz', tiene cabida para unos 5.500 espectadores y rezuma fútbol añejo y genuino. Graderío pequeño, muy cercano al terreno de juego, y afición que habitualmente eleva los grados que acostumbra a marcar el termómetro. El club y el equipo ayudan, con un crecimiento exponencial que se ha acentuado en la última década. Si en 2007 conseguía por primera vez en su historia llegar a Segunda División, la gran parte de estos 10 años ha permanecido en la categoría de plata, hasta que en la campaña pasada se clasificó por primera vez para el Play off de ascenso, en el que se quedó en semifinales. En el presente curso el camino oscense sigue siendo firme, y el equipo se ha instalado en el ático de la clasificación desde muy pronto.


Ha habido cambio de técnico (se marchó Anquela y llegó Rubi), bajas sensibles y altas que están rindiendo a un nivel que no hubiera previsto ni el más optimista. Una de las grandes sensaciones del campeonato, sin duda, es Juan Camilo Hernández, 18 años, (20 de Abril de 1999, Risaralda, Colombia), también conocido como 'Cucho'. Tras jugar en el equipo de su localidad, se marchó al Deportivo Pereira, con el que debutó en la Primera B colombiana en el 2015 y comenzó a destacar seriamente en 2016, siendo el máximo goleador con 20 dianas. Su rendimiento no pasó desapercibido en Europa, y el Watford se hizo con su pase. Antes de partir al viejo continente, Hernández se fue cedido al América de Cali. Allí debuto en la élite del fútbol colombiano. Apenas 6 meses en 'Los diablos rojos' le acreditaron para dar un salto que a su edad podría parecer gigantesco, y enrolarse en la increíblemente competitiva segunda división española, para engrosar las filas del Huesca


¿Quién es el 'Cucho' Hernández?


En el casi innegociable 4-2-3-1 que acostumbra a poner en liza Rubi, Juan Camilo Hernández se desempeña como jugador más adelantado, aunque en ocasiones puntuales también se le ha visto partir ligeramente desde el costado derecho. Su dinamismo es total, no es ni mucho menos un delantero referencial ni estático, y las caídas a los costados o participaciones en la jugada retrasando su posición, son constantes en su juego. Esta permanente movilidad hace que sea muy difícil de marcar para el defensor rival. La participación de Hernández en los ataques del Huesca es altísima, y sus internadas con balón controlado partiendo desde banda y permitiendo la llegada de jugadores de segunda línea, es una de las grandes armas ofensivas del cuadro aragonés. Le cuesta destacar un poco más en ataques estáticos, aunque aquí trata de incidir por medio de su movilidad o el disparo desde media distancia.

Diestro, de estatura media, físicamente fuerte, de movimientos eléctricos, muy potente y con un tren inferior muy vigoroso, estas características le potencian notablemente en su fútbol, ya que le posibilitan tener muy buen juego de espaldas, protegiendo muy bien la pelota, metiendo el cuerpo y siendo sumamente complicado arrebatársela, pese a no imponerse en altura. Rápido y poderoso en carrera, hace un gran daño al rival cuando encuentra espacios, y sabe manejarse con argumentos en el cuerpeo, lo que hace que pueda fabricarse sus propias jugadas, en ocasiones abusando de las individualidades. No posee una técnica refinada pero sí un buen manejo de la pelota y bastante habilidad tanto para la conducción como para el desborde. A esto une una gran clarividencia en los últimos metros, tanto para finalizar como para asistir, un notable olfato goleador y una fuerte pegada con su pierna diestra que no duda en utilizar en cuanto tiene ocasión. 

Por descaro, osadía y desparpajo, 'Cucho' no parece en absoluto un chaval que acaba de cumplir la mayoría de edad, y sí alguien mucho más asentado y experimentado en el fútbol profesional. Clave desde su llegada a Huesca, lo ha jugado prácticamente todo y es uno de los fijos para Rubi, habiendo sumado 7 goles y 3 asistencias en 13 jornadas. Integrante de la selección sub-20 colombiana, con su progresión meteórica a buen seguro que habrá una enorme disputa en los próximos meses por hacerse con sus servicios. De momento, sigue ayudando a soñar a un club y a una ciudad, que pretender volver a demostrarnos que el fútbol también puede ser de los modestos.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Alfonso Pedraza, una bala en Vitoria

Dicen los entrenadores que un mal comienzo de temporada puede marcar el resto del curso. Y eso parece que puede llegarle a suceder al que quizás fuese el equipo revelación la campaña anterior. El Deportivo Alavés, que disfrutó de una comodidad placentera en el campeonato liguero y soñó con la gloria plantándose en la final de la Copa del Rey, vive ahora días más delicados, después de su pésimo inicio de temporada, agravado por la multitud de cambios que ha sufrido en su plantilla. Empezando por el comandante, un Mauricio Pellegrino que destacó como uno de los técnicos a seguir, y siguiendo por jugadores claves como Kiko Femenía, Zou Feddal, Theo Hernández, Marcos Llorente, Víctor Camarasa, Édgar Méndez o Deyverson, el bloque alavesista ha sufrido una transformación radical. El preparador argentino Luis Zubeldía no dio con la tecla y duró pocas jornadas en el cargo, y la nave vitoriana la dirige ahora un experimentado Gianni de Biasi. No todo son malas noticias en el 'Glorioso', ya que también han aterrizado jugadores en los que confiar una reacción, como Bojan Krkic, Munir, Álvaro Medrán o nuestro protagonista de hoy, Alfonso Pedraza, 21 años, (4 de Abril de 1996, Córdoba, España), que se está convirtiendo en uno de los baluartes de este nuevo Alavés.

Pedraza es otro de los jóvenes talentos captados por la siempre bien trabajada cantera del Villarreal. Allí se ha formado desde 2011, hasta que la temporada pasada estuvo cedido en el Lugo medio año, donde destacó sobremanera, y el resto del curso en el Leeds United. Ahora, también en calidad de cedido, trata de asentarse en la élite de la mano del Alavés.


¿Cómo juega Alfonso Pedraza?

Lo primero que hay que comentar de Pedraza es que es un futbolista de banda izquierda, que en este Alavés comenzó haciendo las veces de lateral o carrilero, pero sus problemas en fase defensiva y el cambio de técnico le han situado en las últimas semanas como extremo, en el dibujo de 4-2-3-1 que plantea De Biasi para atacar, que se transforma en un 4-5-1 a la hora de defender. Desde el sector izquierdo del ataque prácticamente está monopolizando todas las jugadas ofensivas del Alavés, que le busca continuamente, formando un triángulo entre Medrán, Munir y el propio Pedraza. En dicho triángulo radica el mayor flujo de asociación del Alavés, conformando el principal arma ofensiva de este conjunto y uno de los argumentos más utilizados para dañar al rival. El Alavés es un equipo que pone en liza un repliegue muy bajo, por lo que Pedraza tiene que partir desde muy atrás para llegar a los últimos metros, algo en lo que le ayuda que sea un jugador de bastante recorrido, veloz y con zancada amplia. Su equipo pasa muchos minutos guardando la posición y sin tener la pelota, ahí se muestra como un jugador ordenado, intenso y agresivo en la marca, no duda en encimarse en la presión o ir al suelo para arrebañar la pelota, en ocasiones con demasiado ímpetu y cometiendo falta.

Físicamente es un jugador espigado, fuerte y de bastante potencia, que exhibe especialmente en carrera, donde es muy difícil de superar en el cuerpeo por el rival, acostumbrando a desbordar por velocidad y poderío. No posee una técnica exquisita, pero sí una buena conducción de la pelota en carrera, de hecho, una de sus jugadas favoritas es llegar desde atrás portando el balón, desequilibrar y llegar hasta línea de fondo, para una vez ahí buscar al delantero con el pase atrás, fuerte y raso. Posee un buen golpeo desde media distancia, por lo general a poca altura y más dotado de fuerza que de colocación. Tiene capacidad para aparecer muy cerca del portero rival y generar ocasiones muy claras, aunque, de momento, el gol se le resiste esta temporada.

Zurdo cerrado, no utiliza prácticamente nunca la pierna derecha. Aún tiene que pulir bastantes cosas, como la regularidad, ya que es habitual que durante los partidos pase fases muy prolongadas sin incidir en el mismo. Aún así, en un equipo que está produciendo sumamente poco, y cuya dinámica es muy negativa, el trabajo, la fuerza, el recorrido y las cabalgadas por banda izquierda de Alfonso Pedraza, se están convirtiendo en uno de los escasos chispazos de ilusión que alimenten a la siempre animosa afición alavesista y le hagan tener vivo el sueño de seguir una temporada más entre los mejores equipos del país.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Borja Iglesias, de profesión goleador

Volvemos a escribir. Tras un tiempo en el que las obligaciones no han dejado bastante tiempo para dedicarle a esta pasión, aunque sí para no parar de ver fútbol, retomamos el entusiasmo por hablar de lo que más nos gusta, lo cual intentaremos que sea de forma asidua. Y que mejor regreso que dedicar nuestro artículo a un jugador que se ha convertido en una de las grandes sensaciones de este iniciio de temporada en la Liga Adelante. Su nombre es Borja Iglesias, su edad 24 años, (17 de Enero de 1993, Santiago de Compostela, España), y en su figura se encarnan mucha de las esperanzas de la afición del Real Zaragoza para que la temporada que cumplen un lustro en la categoría de plata sea la del final de este calvario para la entidad maña, otrora acostumbrada a pelear de tú a tú con los mejores del fútbol español e incluso a realizar apariciones estelares por el balompié continental. 

Pese a su juventud, Borja Iglesias ha desarrollado una fase formativa basante dilatada. Militó en el C.D. Roda y el Valencia C.F., antes de ingresar en los categorías inferiores del Villarreal. Con los amarillos llegó a Tercera División, formando parte del tercer equipo. En 2013 volvió a su tierra natal para enrolarse en el filial del Celta. Su gran papel en el segundo equipo celtiña le hizo debutar con el conjunto profesional en 2015, con el que también realizó la pretemporada ese mismo verano. En la 2016-2017 anotó un total de 32 goles en Segunda B, lo que le ha hecho ser una pieza muy codiciada en este último mercado estival entre los equipos de la categoría de plata, siendo finalmente el Real Zaragoza el que se ha hecho con sus servicios, aunque en calidad de cedido, ya que en el Celta, pese a los refuerzos que han hecho para su ataque y la gran competencia existente, le tienen en cuenta como un jugador importante de cara al futuro.

Que Borja Iglesias luzca el dorsal '9' en su espalda no es fruto de la casualidad. Es un delantero centro a la vieja usanza, un referente absoluto, cuya principal, aunque no única tarea, es golear. Borja es un ariete de notable condición física, diestro, con una estatura que roza el 1,90, y una corpulencia considerable, en la cual basa gran parte de su juego, ya que en ella se apoya para forcejear y cuerpear frente a los defensores rivales en innumerables ocasiones, mostrándose poco menos que inexpugnable cuando se sitúa de espaldas al defensa. Su complexión hace que su equipo tenga en el juego en largo un recurso más que óptimo, ya que ahí Borja se desenvuelve como pez en el agua. Gana la pelota, la baja, antepone su corpachón protegiendo de maravilla el cuero y el espacio, y toca con criterio de cara al compañero. 

Acostumbrado a jugar solo en punta, puede fabricarse jugadas él solo, pese a no ser un futbolista habilidoso técnicamente y con poca velocidad en carrera. Sin embargo, sí es muy rápido en los giros, se da la vuelta con muchísima destreza y ahí no duda en ejecutar el disparo a portería, uno de sus puntos fuertes. Tiene un golpeo seco y colocado, por lo general siempre buscando ajustar la pelota a los costados de la portería, a media o baja altura, lo que complica considerablemente la tarea del portero. Como buen ariete, rellena siempre el área rival, su hábitat natural. Cuando el Real Zaragoza ataque por los costados siempre encontrará la presencia de Borja Iglesias en el área, donde en su guerra con los zagueros trata de adelantarse siempre a los centros que recibe, para explotar su buena definición al primer toque, otra de sus grandes virtudes.

No hay dudas de que la cesión al Real Zaragoza le va a venir genial para seguir sumando oficio y experiencia en una liga ultracompetitiva, además de disfrutar de una continuidad que necesita para continuar creciendo. Mientras, en La Romareda sueñan con que el prometedor ariete se convierta en uno de los grandes goleadores de la categoría, y eso se convierta en opciones de ascenso para su equipo.

viernes, 13 de mayo de 2016

Un equipo de otra época

Leí hace pocos días que el Atlético de Madrid era un equipo de otra época, y no pude estar más de acuerdo con esa afirmación. Desde que Simeone aterrizara a orillas del Manzanares e implantara su modelo, el Atleti ha experimentado una metamorfosis digna de estudio. Tanto como la que va de estar cerca del descenso a pelear por ser el mejor equipo del continente. Pero más allá del resultado e incluso del juego, merece la pena fijarse en la actitud de un equipo en el más puro significado de la palabra. Da la sensación de que los Godín, Juanfran, Gabi, Tiago o Koke no están impregnados de este fútbol moderno donde la mayor preocupación del jugador parece el ‘look’ que lucirá en la próxima jornada o ser un icono en la red social de moda. Tienen otra meta. La de defender un escudo, la de pelear cada balón, la de competir cada centímetro de césped. La de ganar, ganar, ganar y volver a ganar, que tan bien definió Don Luis Aragonés. Lejos de tuits o de exhibir un par de botas de diferentes colores, cuando saltan los de rojiblanco al campo van con todo, no se amilanan en ningún duelo, no dudan si tienen que dar una patada, no se lo piensan si es necesario lanzarse al suelo y mancharse las calzonas de barro. Como si esto fuera los añorados 80 o 90. Un equipo de otro tiempo. Aspectos que también se enseñan, que también se aprenden, que también se entrenan, más allá de un sistema táctico o una preparación física.


Feo, fuerte y formal, como diría el mítico ‘Loquillo’. El Atleti no es un equipo que destaque por la plasticidad de su juego. Ni tan siquiera es un conjunto recomendable de ver si lo único que buscas es pasar dos horas entretenidas o de puro espectáculo delante de la televisión. Pero además de un entretenimiento, esto es básicamente un deporte y el ‘quid’ de la cuestión radica en ganar, en competir, y ahí el Atlético de Madrid de Simeone es dificilísimo de superar, como bien muestras los tajantes números, o el palmarés. Orgullo, garra, corazón, entrega, lucha. El esfuerzo que no se negocia. Si eres del Atleti, ganes o pierdas, te irás con la cabeza alta, y eso, como hincha de un club, es lo mejor que te puede pasar. Si eres del rival, o un espectador neutral, habrá cosas que no te gusten, que te desquicien, y desde luego pocas de las que te vayas a quedar prendado en cuanto a belleza se refiere, pero probablemente todos querrían los jugadores de su equipo defendieran su camiseta  con ese convencimiento y  esa pasión. O con el sentimiento de pertenencia que comenta Simeone. No es de extrañar que el “orgulloso de nuestros jugadores” sea uno de los cánticos que con más fuerza resuenan en el Vicente Calderón en los últimos tiempos. Desde luego, un equipo de otra época. Una época en la que la pelota y el escudo eran lo más importante para un jugador.

miércoles, 20 de abril de 2016

El fútbol desde abajo: José Miguel Caballero

Lejos de los focos de la multitud, de los contratos con numerosos ceros, de las portadas de los grandes diarios, cada semana también tenemos cita con un fútbol diferente pero igualmente interesante, atractivo, humilde y competitivo. Se trata del balompié de otras categorías más bajas de nuestro país, que al igual que ocurre en la élite, cuenta con equipos que tienen sus objetivos e ilusiones y futbolistas que merecen atención. Hoy nos desplazamos a tierras gaditanas.

Allí, el Conil C.F. pelea por conseguir la salvación y permanecer una temporada más en la Tercera División del fútbol español, una meta más que importante para un club refundado hace poco más de una década y que, pese a llegar a los últimos compases del curso en posiciones de descenso, aún puede lograr si es capaz de vencer y se dan otros resultados. En la medular del conjunto conileño destaca José Miguel Caballero (29-11-1988), un mediocentro producto de la cantera del Cádiz, y que pese a su juventud ya cuenta con una dilatada experiencia.

Como comentábamos, José Miguel Caballero, o Josemi, como también se le conoce, se formó en los escalafones inferiores del Cádiz, club con el que llegó a debutar con el primer equipo en el curso 2008-2009 con apenas 20 años, en un encuentro frente al Guadalajara, para pasar a formar parte del primer plantel de forma definitiva un par de años más tarde. Caballero se armó de valor y continuó persiguiendo el sueño de ser futbolista fuera de nuestras fronteras, marchándose a tierras alemanas para enrolarse en las filas del TSV Grunbach primero y más tarde pasar por el Karlsruhe II y FC Espanol. Decidió poner punto y final a su aventura teutona para regresar a casa, y nunca mejor dicho, ya que firmó por el equipo de la localidad que lo vio nacer, el Chiclana. Ahora, en el Conil C.F., es uno de los hombres importantes en los esquemas del técnico Alejandro Varela.

JoseMiguel Caballero es un mediocentro de perfil defensivo, con una notable presencia física, espigado (1,85 metros de altura) y complexión fuerte. Situado por delante de la línea defensiva, sus buenos conceptos tácticos e interpretación del juego hace que se sienta cómodo tanto en un doble pivote o actuando como único miembro en la medular. Diestro, aunque maneja con soltura la izquierda, acostumbra a ejecutar muy bien sus funciones: estar bien posicionado, robar y combinar con criterio. Es duro en el cuerpeo y con un juego aéreo poderoso. A su juego debe sumar algo más de llegada al área rival y explotar su buen disparo a portería.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Luciano Cabral, un '10' de los de antes

Con la retirada de Juan Román Riquelme se marchó el último gran ‘10’ argentino, una estirpe caracterizada por el toque, la pausa y el talento innato, que tradicionalmente ha puesto una nota singular al fútbol del país. Estas condiciones, cada vez más difíciles de encontrar tanto en Argentina como en el resto del balompié mundial, hacen que sea precisamente más anhelada. La pelea, la lucha y el choque han desterrado casi por completo al jugador elegante, al clásico mediapunta dotado de una técnica privilegiada, al que jugaba y hacía jugar. Sin embargo, siempre hay nuevos proyectos. En Argentinos Juniors, cuna de excelsos futbolistas, tienen uno que apunta maneras. Su nombre es Luciano Javier Cabral, 20 años, (26 de Abril de 1995, Mendoza, Argentina) y en el ‘bicho’ empieza a mostrar su maestría para dibujar jugadas de ensueño que recuerdan que el balón en el pie, además de una filosofía, también es un arte.

Luciano Cabral comenzó a formarse como jugador en el CAI de Comodoro Rivadavia, donde debutó en la Primera B Nacional con tan solo 16 años. No tardó Argentinos Juniors en fijarse en él, incorporándolo para su cantera. Apenas un par de temporadas más tarde, el mítico Claudio Borghi premió sus progresión con las inferiores dándole la oportunidad de debutar en la máxima categoría. Con el descenso de Argentinos tuvo la oportunidad de aumentar sus minutos con el primer equipo de la paternal, además de formar sociedad con su ídolo, Riquelme. En el último semestre ha sido importante en los esquemas de Néstor Gorosito, dejando algunas actuaciones realmente brillantes.

Luciano Cabral es un volante ofensivo zurdo, que puede actuar como interior por izquierda, pero cuya posición natural es la de mediapunta. Enganche típico, por detrás del punta, provisto de absoluta libertad de movimientos y liberado de cargas defensiva. Su función: crear, dar riendas suelta a su fútbol imaginativo y procurar que sus participaciones se traduzcan en producciones ofensivas para Argentinos. Pequeño y sin demasiada consistencia corporal, Cabral encuentra un hándicap en sus condiciones físicas, ya que tampoco es rápido, algo que se acentúa sobre todo en carrera, y que enmascara a la perfección con su velocidad para pensar, ver y ejecutar. Su técnica individual es muy depurada, con manejo de la pelota sensacional, la protege con suma destreza, además tiene habilidad para salir de la presión rival en espacios reducidos, algo que busca con frecuencia desafiando al rival, y se asocia con bastante precisión, sin perder de vista al punta, y con una notable visión de juego que le hacen tener argumentos para ser un destacado asistente. Descarado y atrevido, Argentinos le busca continuamente para ser el faro que ilumine todas las posibilidades ofensivas, y él no se amilana, se ofrece y pide la pelota continuamente. Le falta sumar más incidencia rematadora de cara a la portería rival.

Luciano Cabral es argentino, pero tiene ascendencia chilena, lo que le ha hecho decantarse por ‘la roja’, al menos en categorías inferiores, yendo convocado con la selección sub-20, con la que disputó el pasado sudamericano celebrado en Uruguay e incluso anotó dos goles.