viernes, 6 de febrero de 2015

Sergio Díaz, un talento precoz

En las últimas semanas hemos sido testigos de multitud de portadas que tenían un único protagonista, un chaval de apenas 16 años cuyo nombre seguro que les suena a todos: Martin Ødegaard. Un imberbe noruego que tras sonar para los conjuntos más prestigiosos del continente -e incluso llegar probar en algunos de ellos-, finalmente ha firmado un contrato de larga duración con el Real Madrid. No es más que otra prueba fehaciente de la exageración superlativa en la que se ha convertido el mercado futbolístico. Todos quieren a la estrella del mañana, aunque eso conlleve una inversión desmesurada y que las etapas de formación del futbolista se quemen a pasos acelerados. Otro de estos talentos precoces es nuestro protagonista de hoy. Con apenas 16 años (5 de Marzo de 1998, Itauguá, Paraguay), Sergio Ismael Díaz ya hace meses que se ha convertido en una de las grandes sensaciones de la Primera división de su país, un habitual en Cerro Porteño, y si hemos de juzgar por sus actuaciones y la velocidad de su progresión, podemos aventurar que no tardará en cruzar el charco.

Antes de ingresar en los escalafones inferiores de Cerro Porteño, su club actual, Sergio Díaz jugó en Tacuary. Luego, destacó con los equipos menores de Barrio Obrero, dejó latente su potencial en el Mundialito Tahuichi -competición sub-15-, y con tan solo 16 años y 3 meses llegó su debut con el primer equipo de Asunción. Desde entonces, ha participado en el torneo local y también en la copa Sudamericana, ha disputado 20 encuentros y anotado 8 dianas, además de un juego que le han servido tanto para ponerle en el escaparate de grandes clubes como para ser considerado por la selección paraguaya sub-20. Allí disputa estos días el Sudamericano de la categoría, compitiendo con jugadores que tienen hasta 4 años más que él. No es algo nuevo para Sergio, que es todo un ejemplo de precocidad.

Hacen falta pocos minutos para percibir que Sergio Díaz es un jugador distinto, capaz de hacer cosas diferentes, y con una personalidad poco común. No se arruga, no se achica y no se corta en poner en práctica lo que se pasea por su privilegiada cabeza. Apenas 170 centímetros de desparpajo y descaro, que no duda en echarse el equipo a sus espaldas e ir en busca de la pelota continuamente. Pese a su estatura, posee un tren inferior vigoroso, y sabe meter el trasero tanto para ganar la posición como para proteger la pelota ante el defensor. Juega con su cuerpo con suma frecuencia, con recursos de amagos, quiebros y caracoleos para engañar y driblar al rival.

Díaz es un atacante diestro, que puede jugar como segundo delantero o también por detrás de un ‘9’ referencia. Es extremadamente móvil y dinámico, cae a los costados y tampoco es nada extraño verle retrasar su posición hasta la medular para colaborar en zona de creación, lo que aumenta considerablemente su radio de acción. Desde ahí, combina o arranca en carrera con pelota controlada, algo muy característico en él, tratando de deshacerse del rival mediante el regate, buscando al rival con asiduidad en el uno contra uno, donde alberga sobrados argumentos para dejar atrás a cualquier defensor, haciendo uso de su depurada técnica individual, una alta velocidad, gran habilidad para salir de la presión, y un cambio de ritmo muy potente en espacios reducidos.

Debe aprender a soltarla antes, y en ocasiones a tener ese punto de paciencia que también da la experiencia, ya que peca de hacerlo todo a demasiadas revoluciones. Sus desmarques de ruptura e instinto para aparecer en el sitio justo y en el momento oportuno, le hacen gozar de oportunidades de cara a gol que habitualmente sabe definir con solvencia, pese a no ser un goleador al uso. En este registro sus números son notables, tanto en su etapa de formación como desde que debutó profesionalmente. Obviamente, aún tiene que pulir muchos aspectos, algo de lo más normal en un jugador tan joven.

Su aparición fulgurante en el fútbol paraguayo no ha pasado desapercibida para las agendas de clubes poderosos, para los que ya ha sonado, especialmente los de la Premier, aunque Cerro Porteño, que le firmó a finales del año pasado su primer contrato profesional,  han deslizado que no dejará la institución en menos de dos años -momento en el cual cumplirá la mayoría de edad-. Mientras tanto, Sergio Díaz sigue progresando a una velocidad de vértigo, casi la misma rapidez con la que corren sus piernas y el mañana se convierte en hoy.

2 comentarios:

  1. En 2015, volvió a jugar en Cerro por el torneo local y adentro de vuelta... jugada tipica, dribling, dos jugadores fuera y a las redes... 21 partidos oficiales 9 goles... un fenomeno se está formando.

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  2. Es una mierda.... bueno mierda los tecnicos que los ha tocado...no los dejan jugar.. Paraguay tiene un potencial mundial con mediocampistas como Andres Cubas (Boca-Formula 1), Damian Aguero (Atleti.Un Crack), Eduardo Aranda (Sub 17 de Paraguay, Moustro), y Tony Sanabria (Primera de Roma), ademas tiene delanteros increibles como el Pichihi del Futbol Español Juvenil (Pibe Jorge Mendez, Villareal), y Jonatan Valiente (Primera de Libertad) Todos sub 17 o sub 18... mierda Equipazo y TEcnicos y Dirigentes de MIerda

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